Desierto del Thar II

Despues de una larga espera, el primer encuentro con mi camello fue timido.

Miras al bicho, te mira... El bicho te huele, tu le hueles a un kilometro... Le sonries, te devuelve la sonrisa con sus movimientos insinuantes con la boca...

Las flatulencias y los eructos los tomas como algo casual, puntual, gracioso... hasta que caes en la cuenta de que se repiten cada 5 minutos...

Directos al grano, nada mas llegar nos metemos entre pecho y espalda una hora de camello. Vaya altura!! Que acojone!!

Despues de 20 minutos me planteo abandonar. Me queria morir, que dolor!! Cada paso del camello me mataba, vaya golpes en los Quo Vadis, yo ya no sabia como ponerme, miraba a los otros que estaban amarillos, los camelleros muertos de la risa...

Las chicas, en cambio, iban tan agusto bromeando a escuchitas, "jiji-jaja", "ay que me caigo", "uyuyuuuy que risa...".

Maria ha sido mi camello, despues de 20 minutos intentando aprenderme su inpronunciable nombre decidi ponerle Maria, que era lo mas parecido al suyo. Lo mio con Maria tardo en cuajar... Parece que lo del nuevo nombre no le hizo gracia.

Despues de una parada que me supo a gloria, me recolocaron el asiento y me dieron un par de consejos para no acabar esteril. En un par de horas parece que le cogimos el puntito y dejo de doler por arte de magia, menos mal, llevo tiempo sin darle mucho uso a cierta parte de mi cuerpo, pero no por ello no me la aprecio...

Menos mal que conseguimos pillarle el tranquillo, porque aquello era massa pa la carabassa!!